El Congreso volvió a convertirse en el escenario de una tragicomedia digna de un culebrón argentino. De un lado, Javier Milei, el supuesto «líder antisistema»; del otro, Cristina Kirchner, la eterna «Condenada de la política».
Ambos se lanzan piedras siguiendo un guion previsible, mientras el inexorable «Principio de Revelación» pone en evidencia su verdadero objetivo común: repartirse el poder absoluto.
Ficha Limpia: de bandera ética a moneda de cambio
El proyecto de Ficha Limpia no fue más que un obstáculo en este guion de reparto de poder. ¿De verdad alguien creyó que Milei y Cristina tenían intenciones de aprobarlo? El kirchnerismo lo boicoteó con descaro: 99 ausentes y un circo de excusas que no convencen a nadie. Pero lo más revelador fue la ausencia estratégica de los diputados libertarios y de aquellos de bloques aliados que responden a gobernadores que hoy negocian recursos directamente con el gobierno de Milei. Con ese faltazo sincronizado, el número necesario para avanzar quedó, una vez más, fuera de alcance.
Tras el fallido intento de reunir quórum, la diputada Silvia Lospennato fue contundente: “Tengo la confirmación por escrito de quiénes iban a venir de cada bloque porque no nos comemos más el verso. No creemos en las casualidades ni en los imprevistos. La semana pasada, con buena fe, creí que efectivamente había diputados que habían tenido imprevistos. Y la verdad, tengo que decir que hoy me siento burlada, para no decir una mala palabra”.
“Tengo la confirmación por escrito de quiénes iban a venir de cada bloque porque no nos comemos más el verso. No creemos en las casualidades ni en los imprevistos. La semana pasada, con buena fe, creí que efectivamente había diputados que habían tenido imprevistos. Y la verdad, tengo que decir que hoy me siento burlada, para no decir una mala palabra”. Diputada Silvia Lospennato
El pacto es evidente para cualquiera que mire más allá del espectáculo: Milei y Cristina están alineados en el objetivo de consolidar su dominio, mientras la ciudadanía sigue siendo víctima de una mentira repetida. Se promete transparencia y se entrega teatro. Invocan Libertad, pero ejercen una libertad impune que rompe códigos para su propio beneficio, dejando a la ciudadanía atrapada en una ilusión de cambio.
«Cuando la amenaza de voltear a Martín Menem fue solo un guion de la farsa que encubre la trama verdadera»
Corrió fuerte, casi como si fuera operada mediáticamente, la versión que el kirchnerismo, con su acosumbrado «Vamos por todo», amenazaba con sacarlo de la presidencia de la Cámara de Diputados a Martín Menem si no bloqueaba el quórum para la ley Ficha Limpia. Periodistas, comunicadores, influencers incluso «sincericidios» de diputados nacionales abonaban con declaraciones públicas esta versión, y pretendieron tomarnos por burros a todos.
“Mi decisión de no dar quórum en Ficha Limpia fue estrictamente política”, añadió, en tanto que aseguró que “hubo una extorsión por parte del kirchnerismo para avanzar por la presidencia de Diputados”.
“Mi decisión de no dar quórum en Ficha Limpia fue estrictamente política. Hubo una extorsión por parte del kirchnerismo para avanzar por la presidencia de Diputados”. Diputado Gabriel Chumpitaz, Santa Fe
La realidad es que matemáticamente el kirchnerismo nunca podría haber logrado el número necesario para efectivamente voltear a Menem, ni siquiera sumando a la izquierda y sus aliados tradicionales lo hubieran podido concretar.
Lo que queda claro es que la amenaza a Menem no era más que un cuento para distraer la atención de lo verdaderamente sucio que estaba en juego: el poder de negociar y proteger los propios intereses.
El estilo mal hablado y prepotente del oficialismo no fue más que una máscara para ocultar su cobardía y el temor a ser expuestos ante una sociedad que, más que incrédula, se muestra dubitativa. Quedó claro que fueron los responsables de boicotear la Ley de Ficha Limpia al no poner los votos necesarios, escudándose en la débil excusa del «volteo», como si estuviéramos viendo un culebrón clase B, de esos que tanto nos fascinan a los argentinos.
Lo que realmente buscaban era sostener a «Cristina Candidata» a cualquier costo para polarizar con ella en 2025, maniobrar el número de presentes en el salón de Pasos Perdidos, mantener las apariencias y seguir alimentando el teatro político, donde todos los actores son corruptos, pero se turnan para pasarse la pelota embarrada.
«La fumigación del Congreso: Un capítulo más en la novela de Cristina y Milei para tapar la mugre debajo de la alfombra»
En esta ficción de la política argentina, una de las cortinas de humo más curiosas es la supuesta «fumigación del Congreso». Este escenario tan dramático de reestructuración del poder parece tener como fin tapar los verdaderos acuerdos de fondo entre Cristina Kirchner y Javier Milei, acuerdos tan subterráneos como las jugadas en el Congreso.
De un lado, el intento de “limpiar” las instituciones para darle un aire de novedad a la política. Pero, claro, no todo es tan limpio, y mientras se pretende enterrar el pasado «fumigando a los legisladores nacionales con causas», ciertos fantasmas que merodean el Ejecutivo Nacional como las denuncias a Daniel Scioli siguen sin respuestas. ¿A cuántos muertos tiene que rendir cuentas Scioli por la tragedia de las inundaciones de La Plata? La causa está tan viva como su recuerdo, pero curiosamente, no se menciona en los grandes titulares, aunque los ecos de «asesino, chorro, inundador» siguen resonando con fuerza cada vez que alguien le recuerda que las víctimas de la inundación de 2013 aún claman justicia.
Así que mientras el Congreso parece «fumigarse» y a las PASO se las pretende eliminar para que las listas sigan siendo un arreglo de cúpulas y de las lapiceras del poder, el pueblo afecto a las buenas y sanas instituciones republicanas no solo queda al margen, sino que sigue esperando respuestas que nunca llegan.
Cristina vs. Milei: un duelo que es puro teatro
Cristina salió al ruedo acusando a Milei de proteger a su nuevo aliado, el senador Kueider, vinculado a un escándalo de 200 mil dólares no declarados en Paraguay. El libertario, en tanto, devuelve los dardos desde su tribuna, denunciando la corrupción kirchnerista. Es un espectáculo perfecto para las redes, un relato de antagonistas que en realidad se necesitan mutuamente para polarizar y eliminar a los grises del tablero político.
El pacto que busca diluir a la oposición
¿Y la oposición? Analizando la mejor manera de escapar de esta trampa. El PRO sigue debatiendo, con algunos sectores flirteando con Milei y otros enfrentando tensiones internas para encontrar cómo desafiarlo y recuperar identidad. La Coalición Cívica, fiel a su estilo, expone el pacto LLA + K, pero sus esfuerzos se ven eclipsados por el show principal.
La UCR, al igual que el PRO y la Coalición Cívica, atraviesa una profunda crisis interna. Mientras algunos sectores, liderados por Lousteau y Manes, buscan un espacio de centro que huya de los extremos de Milei y Cristina, otros, se acercan al libertarismo. En este contexto de fragmentación, la UCR se encuentra atrapada en la misma lógica polarizada, donde ni los radicales parecen tener claro si es mejor aliarse con Milei, quedarse solos o con un sector del peronismo.
Así, en el casting de casta entre Milei y Cristina, la oposición parece no encontrar su espacio, mientras todos los actores buscan posicionarse para el 2025.
El Final de la Novela: Todos Ganan, Menos el Pueblo… y la Verdadera Jugada Empieza Ahora
Mientras Milei y Cristina se dan la gran pelea en el ring político, el verdadero show se cocina a puertas cerradas. ¿De qué hablamos? De pactos bajo la mesa para que el poder quede bien dividido, de maniobras para que las leyes incómodas, como la de la Ficha Limpia, nunca salgan a flote. Pero el guion sigue siendo el mismo: ellos se quedan con todo, y vos seguís del otro lado del telón, aplaudiendo o lamentando lo que te hagan creer, según el libreto que te tiren.
El circo no termina con el fracaso de la Ley Ficha Limpia ni con la eliminación de las PASO para seguir armando listas a dedo, tanto para Cristina como para Milei. Nombrar a Lijo en la Corte Suprema de Justicia sería la frutilla del postre para neutralizar, en la última instancia judicial, cualquier intento de traer claridad ante tanta oscuridad.
Si nos quedamos como espectadores, el circo continuará sin cambios, con los mismos actores y promesas falsas, mientras el poder sigue en manos de los mismos de siempre. Pero si decidimos actuar, podemos cambiar el guion. Lo más cierto es esto: el futuro no se escribe desde la tribuna, sino desde la participación activa. Mientras miramos, otros deciden; siendo protagonistas, esa es la única forma de cambiar la historia.
publicado en Notiar, 8/12/2024
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